El Desarrollo Motor que realiza el niño durante el primer año de vida es el más importante aprendizaje de toda su existencia y tiene una enorme repercusión neurológica en el resto de su desarrollo
El movimiento tiene un efecto organizador en el Sistema Nervioso Central, tanto a nivel sensorial (visión, audición, tacto, sistema vestibular) como a nivel del sistema de equilibrio. Desarrollo Respiratorio, Lenguaje, Función Manual y Coordinación Ojo-Mano en la escritura.
Este desarrollo depende del Sistema Nervioso que es una estructura cambiante que se desarrolla en la infancia y que puede evolucionar y modificar la estructura y la función a lo largo de la vida por medio de los sistemas de aprendizaje.
Como su nombre indica un reflejo es un movimiento automático asociado a otro, como el reflejo de tendón de la rodilla cuando el médico golpea con el martillo en la rodilla y la pierna se extiende.
Los Reflejos Primitivos son movimientos automáticos estereotipados con los que nacen los niños.
Dichos reflejos tienen el objetivo de hacer que se desarrolle adecuadamente el feto en el útero, ayudarle a atravesar el canal del parto en el nacimiento y a sobrevivir y adaptarse a su nuevo entorno una vez que ha nacido y tienen el cometido de hacer que el niño pase de un estadio del desarrollo al siguiente inhibiéndose una vez completada su labor.
Los mismos deberán ser inhibidos o controlados por niveles superiores del cerebro, durante el primer año de vida, dando paso a los reflejos posturales, que permanecerán presentes en la vida adulta. Cuando no es así, y los reflejos primarios permanecen, será indicio de que existe una inmadurez del sistema nervioso central y afectarán al desarrollo y funcionamiento del niño en muchas y diferentes áreas tales como:
- Equilibrio: problemas para aprender a montar bicicleta, mareos cuando se traslada en carro, malas posturas.
- Afección de la función visual: dificultad de lecto-escritura, prestar atención, hiperkinesia (exceso de movimiento), leer la hora en un reloj analógico.
- Problemas con la coordinación ojo-mano: abrocharse los botones, anudarse los zapatos, confundir izquierda con derecha.
- Fallos en las habilidades perceptivas: mal manejo del renglón, dificultades en los trazos en cuanto a tamaño y ubicación, hipersensibilidad, frustración, baja tolerancia, bajo rendimiento escolar.
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