domingo, 29 de marzo de 2015

122. Reflejo de moro



Todo bebé recién nacido tiene una serie de reflejos primitivos, unos movimientos automáticos para sobrevivir que provienen del tronco encefálico. Por ejemplo, algunos de estos movimientos permiten al bebé descender por el canal del parto o succionar.
A pesar de su gran utilidad, estos reflejos tienen una vida limitada para dar paso a reflejos posturales controlados desde partes superiores del cerebro, necesarios para un crecimiento neurológico.

El reflejo de moro

El reflejo de Moro o sobresalto del bebé es un reflejo que debe su nombre al pediatra austríaco Ernst Moro, quien lo describió por primera vez. Este reflejo se detecta en la primera exploración del bebé y se realiza un seguimiento hasta los tres o cuatro meses cuando suele desaparecer. 

El reflejo de Moro consiste en que el bebé extiende los brazo y abre rápidamente las manos con las palmas hacia arriba extendiendo los dedos con los pulgares flexionados en el momento en el que siente una falta de apoyo (aunque también puede darse por un cambio brusco de posición). El bebé se sobresalta, tensa los hombros y espalda y abre los ojos como asustado (de ahí el nombre con el cual se conoce este reflejo) e, incluso, puede romper a llorar. A medida que el reflejo termina, el bebé retorna los brazos hacia el cuerpo, flexiona los codos y, finalmente, se relaja de nuevo.

La ausencia del reflejo de moro en un bebé es anormal y puede significar un daño en el cerebro o en la médula espinal o, también, si sólo sucede en un lado existe la posibilidad de una clavícula fracturada o daño del grupo de nervios del plexo branquial.

Y, por otro lado, la no desaparición del reflejo de moro más allá del cuarto o quinto mes puede igualmente ser sinónimo de que el proceso madurativo del niño a nivel psicomotriz y sensorial puede estar entorpecido y ser causa de disfunciones a varios niveles fisiológicos tal y como explicamos a continuación en el artículo.

En cualquier caso el reflejo de Moro o sobresalto en el bebé es uno de los reflejos primitivos que denotan un desarrollo normal en el recién nacido y que desaparecerá habitualmente en el transcurso de unos meses dependiendo de cada bebé. En caso de no desaparecer nos encontramos delante de las siguientes posibles repercusiones.

Los reflejos primitivos son movimientos automáticos, estereotipados, comandados desde el tronco del encéfalo. Su finalidad es proteger al bebé desde las primeras semanas intraútero, y ayudar en el proceso de desarrollo neuromotor posterior, durante los primeros años de vida.

Es tan importante que estos reflejos estén presentes en el momento que corresponde a cada uno de ellos, como que se vayan inhibiendo progresivamente, siendo controlados por centros superiores del cerebro, a medida que el niño va integrando la información que le aporta cada reflejo. De esta manera se pueden desarrollar estructuras neurológicas superiores que permiten el control de las respuestas voluntarias.

En el caso de que estos reflejos primitivos se mantengan en el tiempo, pasarán a debilitar y entorpecer la respuesta del sistema nervioso central (SNC), además de impedir el desarrollo de reflejos posturales posteriormente, necesarios para la adaptación al entorno, para una correcta maduración neurosensorial, un correcto estado del sistema postural fino y, en definitiva, para una adecuada maduración de los centros del equilibrio, tono muscular e integración sensorial interhemisférica.

En base a la cantidad de reflejos primitivos no integrados, habrá una mayor afectación de sistemas debida a un retraso del desarrollo neuronal: coordinación vasomotora gruesa y fina, percepción sensorial, cognición, aprendizaje y vías de expresión, comportando un esfuerzo extra en cada uno de estos procesos.

Efectos a corto plazo Moro activo

Si no se inhibe (2-4 meses):                 
Hipersensibilidad canal sensorial  →  Sobresalto
                           ↓                                      Respuesta exagerada
                      Visual                                  Hipersensibilidad
                    Auditivo                                Niño en estrés / alerta
                      Táctil                                   Fobias, miedos, tics,...
                  kinestésico
                           ↓
                    Respuesta                    →  niño miedoso que se aisla (protección)
               comportamental                 →  niño hiperactivo y agresivo, excitable
                           ↓
               Sistema inmune               →  exceso de adrenalina-cortisol, sistema inmune bajo, contagios a todos los resfriados, sensibilidad a ciertos alimentos, dermatitis, bronquitis de repetición, dispepsias, estreñimiento crónico, etc.  


Efectos a largo plazo Moro activo

- Problemas vestibulares, mareos, alteraciones en el equilibrio, coordinación psico-motriz
- Timidez, miedos, fobias
- Hipersensibilidad a los cambios bruscos de velocidad, miedo a los estímulos fuertes sensoriales, auditivos o visuales
- Trastornos oculomotores y de percepción visual
- Poca reacción pupilar a la luz. Relaciones con la acetilcolina y las suprarrenales
- Alergias, asma, dermatitis y eczema, otitis repetitiva, faringitis
- Baja tolerancia a los cambios y situaciones imprevistas
- Hipoglucemia reactiva, la hiperactividad les obliga a un mayor gasto hipoglucémico
- Ansiedad, cambios de humor, tono muscular tenso, dificultad para aceptar críticas, intolerancia a la contradicción
- Hiperactividad, dificultades para tomar decisiones, para fijar la atención
- Trastornos relacionados con la autoestima, confianza, asertividad

Centro Kineos. Reflejo de Moro
www.centrokineos.com
Marzo 2015

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