domingo, 2 de noviembre de 2014

118. Reflejos del recién nacido.

Reflejos del Recién Nacido
Contemplando a nuestro hijo recién nacido todos hemos comentado alguna vez: “el problema es que vienen sin libro de instrucciones”. Y es verdad. Pero a pesar de que los bebés recién nacidos parecen indefensos y sumamente delicados, la naturaleza dota al niño de una serie de recursos muy sofisticados que los protegen del peligro y los ayudan a promover su instinto de supervivencia durante sus primeros días de vida.
Conocer este tipo de respuestas nos permitirá entender mejor a nuestro hijo recién nacido.

DEFINICIÓN

Un reflejo es “la reacción simple y automática a un estímulo exterior”. El niño, al nacer, viene dotado con un repertorio de reflejos incondicionados, es decir, conductas en las que no ha intervenido el aprendizaje (respuestas automáticas, innatas e involuntarias).
La ausencia de reflejos o presencia de reflejos anormales en un niño menor de un año, la persistencia de un reflejo después de la edad en que normalmente éste desaparece o la manifestación de un reflejo infantil en un niño mayor o en el adulto puede indicar problemas severos del sistema nervioso central, del tronco nervioso o de los nervios periféricos.

¿CUÁNTOS TIPOS DE REFLEJOS HAY?

Se puede diferenciar entre:
  • Reflejos primarios o arcaicos: están presentes en el momento del nacimiento y su desaparición es variable.
  • Reflejos secundarios: son aquéllos que aparecen posteriormente a lo largo de los primeros meses de la vida del bebé.
Los reflejos primarios tienen la función de asegurar el buen funcionamiento de algunos de los sistemas básicos del organismo de tu bebé, de protegerle de ciertas amenazas del exterior y de permitirle entrar en contacto con el nuevo mundo que le rodea.
  • Algunos de los Reflejos son adaptativos y pueden ayudar al bebé a evitar el peligro: cierran los ojos ante una luz intensa, apartan su cuerpo de una fuente de dolor…
  • Algunos Reflejos ayudan a que el bebé se alimente: succionan y tragan.
  • Otros Reflejos son heredados de nuestros antepasados, cuyos bebés tenían que agarrarse bien para poder sobrevivir.
  • Y otros Reflejos son manifestaciones del circuito neurológico del bebé que se suprimirán o integrarán en patrones de conducta más maduros.
Su presencia y correcto funcionamiento es uno de los primeros indicadores del adecuado desarrollo y maduración del niño durante sus primeros días de vida. Cuando algún reflejo inmaduro persiste, es señal de que existe un desarrollo neurológico anormal.

¿EN QUÉ MOMENTO COMPRUEBAN ESTOS REFLEJOS EN MI BEBÉ?

Comprobar estos reflejos forma parte del reconocimiento rutinario que el médico hace a un recién nacido. Inmediatamente después del parto, revisa al bebé prácticamente tres veces seguidas, con intervalos de entre cinco y diez minutos.
Dentro del marco del llamado Test de Apgar, no solo comprueba las reacciones automáticas sino también el buen funcionamiento de los músculos (especialmente el corazón), el color de la piel y el sistema respiratorio. Una vez terminada su exploración, sacará conclusiones sobre el estado de salud del recién nacido y sobre cómo se ha adaptado a su vida independiente fuera del vientre materno.
Los reflejos vuelven a comprobarse al día siguiente. La atención del médico se centra entonces en el sentido del equilibrio y en las articulaciones; vigila que no exista ningún disloque o alteración provocada por el parto.

LA EDAD DEL SUEÑO

Los dos primeros meses de vida se denominan en ocasiones “la edad del sueño”, y es que el comportamiento del bebé es fundamentalmente “pasivo”, en el que predominan las tendencias defensivas y la principal referencia al medio se produce de manera natural y espontánea en relación con la alimentación. En este tipo de relación los reflejos incondicionados o primarios son los principales mediadores entre el bebé y el medio.
Todo lo anterior no quiere decir que el bebé no pueda ser estimulado con el objetivo de proporcionarle sus primeros aprendizajes -que producirán respuestas condicionadas- como por ejemplo: la voz de la madre y sus caricias asociados al alimento; o un suave mecido y una canción de cuna para calmarlo, etc. Pero parece que la naturaleza ha preparado al recién nacido para que él solo, al menos durante las primeras semanas, pueda sobrevivir y crecer sin problemas satisfaciendo exclusivamente sus necesidades más perentorias (sueño, alimentación, higiene, afecto, etc.).

¿CUÁNTO TIEMPO ESTÁN PRESENTES ESTOS REFLEJOS?

Aunque parezca contradictorio, estos reflejos del neonato tienden a desaparecer progresivamente. Al madurar su sistema nervioso, los bebés adquieren poco a poco el control voluntario de sus músculos y “pierden” u “olvidan” los reflejos.
La gran mayoría de lo s reflejos naturales de los bebé s desaparecen a las pocas semanas, mientras que algunos tardan de cuatro a ocho meses . El proceso de pé rdida es perfe ctamente natural, ya que el bebé tiene que aprender a gobernarse por sí mismo y le resultaría imposible entrenar sus manos y sus pies si estos r eaccionasen constantemente al más leve estí mulo producido desde el exterior.
Ejemplo de reflejos que persisten en la vida adulta son:
  • Reflejo de parpadeo: la persona parpadea los ojos al contacto o cuando aparece súbitamente una fuente de luz brillante
  • Reflejo de la tos: la persona tose cuando se estimula la vía respiratoria
  • Reflejo nauseoso: la persona siente náuseas cuando se estimula la garganta o la parte posterior de la boca
  • Reflejo del estornudo: la persona estornuda cuando las vías nasales se irritan
  • Reflejo del bostezo: la persona bosteza cuando el cuerpo necesita oxígeno adicional
  • Reflejo de deglución.La persona traga los líquidos y alimentos que ingiere

¿Y CUÁLES SON ESTOS REFLEJOS?

Reflejo Perioral o de Búsqueda: Éste es probablemente uno de los reflejos más conocidos. Si tocas suavemente la mejilla de tu bebé recién nacido con uno de tus dedos o con otro objeto flexible, el bebé orientará su cabeza hacia el lugar en donde lo tocaron, abriendo su boquita e intentando succionar el pecho de su mamá. Este reflejo también es conocido con el nombre de ‘reflejo de búsqueda’. El bebé girará su cabeza con la esperanza de encontrar leche para beber.
¿Y cuáles son estos reflejos?
Reflejo del Moro o de Sobresalto: El reflejo de sorpresa y sobresalto es uno de los que más alarman a los padres, sobre todo cuando se produce en el niño mientras duerme plácidamente, de hecho es más frecuente en periodos de calma y poca actividad, pero no debe ser motivo de preocupación. Cuando el bebé está despierto, entretenido, comiendo por ejemplo, no suele producirse si no hay un estímulo fuerte que lo provoque: un movimiento brusco, un ruido, un cambio de luz. La respuesta consiste en que el bebé tensa los músculos y realiza algo así como un amplio abrazo. Este reflejo tiene a desaparecer alrededor de los 3 ó 4 meses.
Esta prueba no es agradable para el bebé, pero es necesaria: El médico retira la mano colocada en la espalda y el bebé cae hacia atrás. Del susto el pequeño abre ambos brazos
Estos movimientos particulares son llevados a cabo con la esperanza de agarrarse de algo y así evitar caerse. También podría llorar luego de manifestar este reflejo, a fin de llamar tu atención y de hacerte saber que está corriendo peligro.
¿Y cuáles son estos reflejos?
Reflejo de succión: mediante la excitación de los labios del recién nacido, éste realiza movimientos rítmicos de succión. Este reflejo permite el amamantamiento.
Reflejo de deglución ante la presencia de alimentos en la boca, el bebé tiende a realizar movimientos de deglución. Este reflejo permite la alimentación.
Reflejo de Galant: Teniendo al bebé tumbado boca abajo, si le pasas el dedo sobre los riñones, en paralelo a la columna vertebral, el cuerpo de éste se arquea ligeramente hacia el lado estimulado.
¿Y cuáles son estos reflejos?
Reflejo de prensión palmar: Este reflejo también es conocido como ‘Reflejo Darwiniano’ o respuesta a la tracción. Si tocas o acaricias la palma de la mano del bebé, su pequeña manito se cerrará apretando fuertemente tus dedos. Podrías literalmente levantar al bebé desde la posición en la que estuviera descansando y el bebé sería capaz de soportar todo su peso sin ninguna clase de problema. Esto lo llevará a cabo para asegurarse de poder agarrarse fuertemente de tí sin caerse o resbalarse. Este reflejo desaparece entre los dos y los cuatro meses.
Este reflejo desaparece en poco tiempo y es sustituido por un nuevo tipo de conducta que se aprende, que contiene intención y que se desarrolla conforme madura el cerebro del bebé, cuando empieza a adquirir coordinación, habilidad para agarrar y manipular cosas, etc. El dominio de las manos en un bebé requiere aprendizaje y un continuo descubrimiento que nosotros podemos ver claramente.
El Reflejo de Babinski: Al tocar o acariciar la planta de los pies del bebé, ya sea en cualquier parte de la misma: desde los talones hasta llegar a los deditos del pie. Tu bebé abrirá sus dedos y girará el pie hacia adentro como si estuviera presionando algo. Este reflejo es sumamente importante para evitar que se resbale de los brazos de su mamá. A este reflejo también se lo conoce como “reflejo plantar”. Este reflejo desaparece más tarde, aproximadamente a los nueve meses.
Reflejo de Retracción: Este es un reflejo muy práctico: cuando tu bebé siente un pinchazo de dolor, retraerá o moverá hacia atrás el piecito lastimado y extenderá el otro en un esfuerzo por empujar hacia afuera o lejos de él a la persona o al elemento que lo estuviera lastimando.
El Reflejo Tónico del Cuello: Se encuentra presente en el recién nacido. Cuando lo recuestes echado sobre su espalda gira la cabeza hacia un lado y mantiene los brazos en la postura “de un espadachín”. Uno de los brazos y una de las piernas se extenderán en la dirección en la que haya girado la cabecita, mientras que la otra mano y la otra pierna permanecerán flexionadas. Este reflejo se observa durante el primer trimestre de vida. La posición desarrolla la fijación visual del bebé ya que observa como su mano se abre, se cierra, experimenta las sensaciones que acontecen a su alrededor.
Reflejo de lateralidad: Si el médico levanta al bebé alzándolo de un costado, éste encogerá la pierna de arriba mientras que estira la otra dejándola “colgar”. Se comprueba así su sentido de equilibrio.
Reflejos oculares:
  • Palpebral: Es un movimiento de defensa que surge cuando los párpados se cierran si aparece una luz intensa o un ruido fuerte cerca del bebé.
  • Ojo de Muñeca: aparece a lo largo del primer mes. Cuando se desplaza la cabeza del bebé hacia un lado, los ojos se movilizan hacia el lado contrario. El reflejo desaparece cuando el bebé establece la fijación visual.
El Reflejo de Buceo: Los bebés menores de seis meses de edad son excelentes nadadores debido a que ya poseen reflejos para bucear. Así como sucede con los adultos cuando un bolo alimenticio les bloquea el pasaje de aire, el bebé podrá bloquear su garganta para no tragar agua. Ésta es la razón por la cual podrá observar a bebés nadando plácidamente con su boquita abierta debajo del agua. Ellos también tenderán a mover sus brazos y sus piernas, permitiendo que estos pequeñuelos se transformen en perfectos candidatos para tomar clases de natación. Recuerda, no trates de que tu bebé ponga en práctica este reflejo en su hogar por razones de seguridad sumamente obvias.
La Posición de Gateo: Coloca al bebé sobre su estómago; y podrás notar que automáticamente se pondrá en posición de gateo mientras que tú lo estés recostando sobre una superficie segura.
El Reflejo de Caminar: Toma a tu bebé suavemente alrededor de su barriguita, sujétalo por debajo de sus axilas y “trata de ponerlo de pie”. Podrás darte cuenta de que su bebé comenzará a realizar movimientos como si estuviera “dando pasos” con sus piecitos. Este reflejo es una especie de preparación para poder aprender a caminar y desaparece entre los dos y tres meses de vida.
Reflejo de la escalada: Si mantienes al bebé cogido por debajo de los brazos, con las piernas colgando y lo acercas hacia el borde de una mesa hasta que el empeine de uno de los pies la toque, flexionará la rodilla y subirá a la mesa.
Estos asombrosos reflejos son sólo el comienzo de todo el maravilloso proceso de desarrollo que tu bebé irá experimentando a través del transcurso de los años.
Reflejo abdominal: Al rozar suavemente la piel de la barriga del bebé, si se hace por el lado derecho, se contraen los músculos de ese lado y parece que el ombligo “se mueve” hacia la derecha. (Y al revés)
Reflejo tendinoso: Al dar un golpecito en algunos tendones musculares, se contraen los músculos correspondientes de forma brusca. El reflejo rotuliano (de la rodilla) es el más conocido, pero puede provocarse en otros muchos lugares del cuerpo.
En los recién nacidos, el movimiento de extensión que desencadenan estos reflejos es muy llamativo. A medida que pasa el tiempo, se hacen más suaves. Pero si continúan siendo contracciones rápidas y fuertes, puede indicar que el bebé tiene alguna alteración neurológica.

REFLEJOS SECUNDARIOS

Surgen después de los reflejos primarios. Integran automatismos y evolución de la conducta del bebé a lo largo de toda su vida.
Reflejo de Landau: se observa al bebé suspendido en posición dorsal. El tronco se endereza, la cabeza se eleva y los pies y brazos se extienden. Aparece alrededor de los cuatro meses y persiste hasta el último trimestre del primer año.
Reflejo de paracaídas: aparece entre los seis y nueve meses. Su ausencia indica alguna lesión neurológica. Se mantiene al bebé en posición ventral sujeto por los costados y se le inclina bruscamente hacia delante. El bebé realiza un movimiento brusco para protegerse de la caída con extensión de los brazos y apertura de las manos.