Así como existen niños que son sometidos a niveles excesivos de estimulación (sobreestimulados), también hay otros que, por el contrario, carecen completamente de ella.
El sicólogo infantil Luis Alberto Rengifo sostiene que los niños que viven “privados socioafectivamente son aquellos que no reciben los cuidados ni el amor requeridos para un buen desarrollo sicológico, social y emocional”.
Por ende, se atrasa su crecimiento y se estancan sus habilidades sociales, emocionales e intelectuales. Adicionalmente, se vuelven indiferentes al medio en el que se desarrollan, con tendencias agresivas y en el caso eventual de que se encuentren con alguien que trata de brindarles afecto, no lo reciben y tampoco intentan darlo.
Por supuesto, aclara el doctor Rengifo, son casos extremos en los que además hay maltrato, por ejemplo, niños que han sido encadenados o aislados y terminan sin ningún desarrollo emocional, social, afectivo y motriz sano.
Amor sin límites
Sin mbargo, hay casos mucho menos drásticos y extremos, pero que de igual manera no dejan de ser preocupantes. De hecho, Camila Gutiérrez, Directora de Gymboree Play & Music, sostiene que hay niños que reciben una calidad y cantidad de estímulos muy limitada, “esto hace que su proceso de desarrollo se haga mucho más lento y deficiente. Es decir, son niños que se tardan mucho en adquirir habilidades básicas, como gatear y caminar, su lenguaje se demora más en aparecer, se les dificulta establecer relaciones interpersonales y esto empieza a influir en el concepto que tienen de sí mismos, lo que equivale a su autoestima”. Aún así, resalta Gutiérrez que en general el ambiente natural que ofrece la vida cotidiana proporciona en sí mismo una estimulación adecuada. Esto significa que todos los niños están permanentemente expuestos de alguna manera a estímulos auditivos, formas, tamaños, colores, sabores, texturas y movimientos que les dan mucha información sobre el mundo que los rodea.
Ante la duda que se les puede presentar a los padres por saber si a sus hijos los están estimulando correctamente, la Directora de Gymboree Play & Music, comenta que es importante recalcar que el niño debe ser visto siempre desde un contexto integral y no se pueden hacer apreciaciones apresuradas, como: “si el niño es nervioso o se ha demorado en gatear, etc., es porque no ha sido estimulado adecuadamente”.
Afirma, además, que es importante ver cada caso individualmente y nunca generalizar o emitir juicios de valor a la ligera. “El desarrollo infantil no se debe ver como las matemáticas, en donde hay reglas que aplican para todos los casos. Cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo, incluso en hermanos gemelos, uno puede gatear a los seis meses y el otro, a los diez, sin que esto signifique que uno esté siendo mejor estimulado que el otro”, concluye Gutiérrez.
Por Melissa Serrato Ramírez
ABCbebe.com
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